¿Son Veganos los Sabores Artificiales?

¿Te has fijado en cuántos productos contienen la etiqueta “sabores artificiales”? Aparecen en el café, en alimentos envasados, sopas, proteína en polvo y muchos más. Pero, ¿qué tan seguros son para una alimentación vegana? ¿Y cómo se relacionan con el medio ambiente?

En las etiquetas de los ingredientes casi siempre se lee “sabor artificial” sin dar más detalles. Afortunadamente, la mayoría de expertos considera que estos saborizantes están aprobados para dietas veganas, pues se elaboran a partir de sustancias sintéticas y no de fuentes animales.

fotografía realista de alimentos empaquetados como café proteína en polvo y sopas instantáneas con etiquetas de sabores artificiales

¿De qué están hechos los sabores artificiales?

Es útil conocer la definición detrás de los términos “sabores naturales” y “sabores artificiales”. A continuación, se incluye una parte de las regulaciones de etiquetado de alimentos en Estados Unidos, pero suele ser muy parecida en otros países:

El término “saborizante artificial” significa cualquier sustancia cuya función sea impartir sabor y que no provenga de fuentes como especias, frutas o jugos de frutas, vegetales, levaduras, hierbas, cortezas, brotes, raíces, hojas u otros materiales vegetales, carne, pescado, aves, huevos o productos lácteos, ni de sus productos de fermentación.

En otras palabras, “sabor artificial” se refiere a sustancias que no proceden de alimentos animales o vegetales típicos. Por esa razón, se consideran aptos para veganos siempre que no aparezca ningún derivado animal en la lista de ingredientes.

RESUMEN
Por definición, los sabores artificiales no pueden derivarse de lo que se considera un «sabor natural». Se crean sintéticamente, por lo que no involucran carne, pescado, lácteos u otras fuentes de origen animal.

¿Cómo se fabrican los sabores artificiales?

Si las fuentes naturales no pueden emplearse, se recurre a procesos químicos que incluyen el uso de petróleo o la creación de compuestos sintéticos en un laboratorio. Por ejemplo, el sabor artificial de fresa se basa en el cinamato de metilo, elaborado a partir de ácido cinámico y alcohol metílico.

Una fotografía realista de un laboratorio químico donde se crean sabores sintéticos

Algunos de estos procesos pueden tener impacto ambiental, especialmente si utilizan subproductos del petróleo. Sin embargo, al no depender de cultivos o animales para obtener componentes naturales, en ocasiones se reduce la sobreexplotación de recursos. Este equilibrio es un punto que vale la pena considerar para quienes buscan una opción más amigable con el medio ambiente.

¿Se prueban los sabores artificiales en animales?

Esta pregunta surge a menudo. Algunos sabores artificiales —especialmente cuando se descubren— pueden ser probados en animales para cumplir con regulaciones de seguridad. Sin embargo, no parece ser un procedimiento habitual una vez que se aprueban y consideran seguros.

Uno de los ejemplos más conocidos es el diacetilo (que da sabor a mantequilla), el cual sí ha sido objeto de pruebas adicionales. Existen cientos de saborizantes, y solo unos pocos han tenido pruebas en animales documentadas. Por eso, cada persona decide si prefiere excluir cualquier producto que se haya testado en animales en algún momento o si lo considera aceptable dada la aprobación general.

RESUMEN
La mayoría de sabores artificiales no se somete a extensas pruebas en animales de forma continua. Sin embargo, algunos casos sí han sido investigados al principio de su creación. Depende de cada quien decidir si esto entra en conflicto con sus valores personales.

¿Son veganas todas las variedades de sabores artificiales?

La mayoría de consumidores veganos considera que la etiqueta “sabores artificiales” implica un producto libre de ingredientes animales. Pero, ¿qué sucede cuando aparece algo como “sabor artificial de carne” o “sabor artificial de pollo”?

fotografía realista de una mesa de cocina con paquetes de ramen instantáneo etiquetados como sabor artificial de pollo

En estos casos, se trata del mismo tipo de sustancias sintéticas, solo que imitan sabores específicos. Aun así, es aconsejable revisar la lista de ingredientes para asegurarte de que no se incluya ninguna fuente animal real, como grasa o polvo de carne.

RESUMEN
Los saborizantes artificiales, incluso aquellos que imitan sabores cárnicos, suelen ser aptos para veganos. Sin embargo, revisa siempre la lista de ingredientes por si se han añadido derivados animales de forma adicional.

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